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Atajar el déficit de naturaleza desde el embarazo para una vida saludable

Atajar desde el embarazo el déficit de naturaleza que presenta la mayoría de la sociedad y monitorizar los problemas de salud que provocan en los más pequeños la mala calidad del aire, el exceso de ruido o el cambio climático debería formar parte de la cartera de servicios sanitarios para una vida más saludable.

Así lo defiende el pediatra Ferrán Campillo i López, que en 2016 creó la Unidad de Salud Medioambiental Pediátrica del Hospital Comarcal de la Garrotxa, en Olot (Girona), una de las dos únicas unidades de estas características que existen en España.

«Descubrí la pediatría medioambiental mientras hacía la especialización (…). Cuando los niños venían a urgencias y decíamos a sus padres que tenían bronquitis, vi que estábamos muy centrados en hablar del tratamiento y que no sabíamos qué decir cuando nos preguntaban por qué le pasaba eso a su hijo».

«Entonces pensé, ¿cómo puede ser que estemos tan centrados en el tratamiento y que nadie hable de las causas?», ha dicho a Efe Campillo, que ha subrayado que hoy ya se sabe que cerca de una tercera parte de los casos de asma en niños se debe a la contaminación atmosférica, proporción que en ciudades como Barcelona se eleva a casi la mitad.

Con esa inquietud, se formó en la Unidad de Salud Medioambiental Pediátrica del hospital Virgen de la Arrixaca de Murcia, creada por el doctor Juan Antonio Ortega y la única que había en ese momento en toda Europa. Tras casi un año trabajando con él, decidió montar la de Olot.

En ella, dan asistencia y valoran a niños con problemas de salud relacionados con medio ambiente, y hacen un cribado de parejas embarazadas, a las que entrevistan para averiguar posibles factores de riesgo relacionados con el entorno y que pueden afectar a la salud y desarrollo del bebé.

«Lo llamamos la ‘Hoja Verde’. Valoramos desde el trabajo de los papás, a sus hábitos de consumo (alcohol, drogas o tabaco), su exposición a pesticidas, el entorno en el que viven, con qué frecuencia están en contacto con la naturaleza, etc…».

Un árbol para cada recién nacido 

A través de esas entrevistas, vieron que pese a que Olot está dentro de un parque natural, muchas parejas viven de espaldas a él, lo que les llevó a poner en marcha el proyecto «Bosques para la Salud».

Familia plantando uno de los árboles del programa «Bosques por la Salud»

Para compensar ese déficit de contacto con la naturaleza desde el embarazo, entregan a cada recién nacido un plantón de especies de árboles autóctonas, como fresnos o robles. El objetivo, vincular familia y entorno, que padres e hijos cuiden de él, lo vean crecer y ayuden con ello a tener un entorno saludable.

Cada vez son más los estudios que demuestran que el contacto con la naturaleza aporta beneficios directos a la salud y recurrir a la naturaleza para prevenir patologías ahorraría mucho dinero al sistema y conservarla permitiría reducir la carga de enfermedades llamadas de «civilización», como el asma o los riesgo cardivasculares derivados de la mala calidad del aire, ha defendido.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) denomina a la contaminación atmosférica «el asesino invisible» porque hay una gran cantidad de muertes que se le pueden atribuir aunque en los certificado de defunción ponga «ictus o infarto de miocardio».

Regalando un árbol intentan no sólo fomentar ese contacto con la naturaleza, sino contribuir a la lucha contra el cambio climático y que tomen conciencia de la necesidad de atender al mensaje de SOS que nos está mandando el planeta.

Esto es importante porque la OMS calcula que el 88 % de las enfermedades relacionadas con el cambio climático afectará a los menores de 5 años y porque más del 90 % de los niños españoles respira aire de mala calidad, según Campillo, que también ejerce en un centro de atención primaria.

Para mejorar la calidad del aire que respiran, habría que alejar el tráfico de las escuelas, según Campillo, que ha recordado que la contaminación no sólo provoca enfermedades respiratorias, sino que, al igual que el ruido, afecta al neurodesarrollo cognitivo del pequeño.

Conectar con la naturaleza reduce el sedentarismo y el sobrepeso que padecen muchos niños, que pasan gran parte del tiempo en espacios cerrados, ha añadido el pediatra, quien ha asegurado que desde su consulta de atención primaria también «prescribe naturaleza» para que la gente conozca su entorno, pues «uno es capaz de amar sólo lo que conoce y si lo ama lo cuida».

Las unidades de salud pediátrica ambiental de Girona y Murcia van a poner en marcha un proyecto para evaluar los beneficios que tiene la prescripción de naturaleza, tanto para el paciente como para el sistema, que, según Campillo, si no cambia será insostenible por la «cronificación» de enfermedades y el gasto farmacéutico.

En España, son cada vez más los pediatras preocupados por la salud ambiental, según el facultativo, que ha apuntado que la Asociación Española de Pediatría trabaja para impulsar que exista, al menos, una unidad especializada en cada comunidad autónoma, y que habría que ampliar la formación académica.

Artículo original EFE Verde.