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Prescribir naturaleza empieza a calar entre los médicos españoles, una razón más para cuidarla

Prescribir naturaleza para mejorar la salud de los pacientes y reducir el uso de fármacos comienza a calar entre los médicos españoles, que reclaman a las autoridades formación específica y que doten a las ciudades de espacios verdes que faciliten a los ciudadanos poder «respirar salud» a diario.

En países como Japón existe la «medicina forestal», que se aplica incluso al diseño de las urbes, y se practica el «shinrin-yoku» o «baño de bosque», terapia consistente en «sumergirse» en un bosque «con los cinco sentidos» porque, según sus defensores, contactar con la naturaleza de manera consciente mejora la salud física y mental.

Cada vez hay más estudios que evidencian los beneficios de las terapias basadas en la naturaleza. Además, está el «sentido común», pues, lógicamente, salir del ambiente hostil de la ciudad (trabajo, espacios cerrados o contaminación) siempre «nos va a beneficiar», ha dicho a Efe el doctor Lorenzo Armenteros, portavoz de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG).

A partir de ahí, aportan beneficios concretos en el organismo: mejor control de la glucemia, mayor resistencia de las hormonas al estrés, aumento de las células inmunitarias que luchan contra el cáncer y las infecciones, reducción de la ansiedad e incremento de la vitalidad, según Armenteros, defensor de estos tratamientos.

«Yo doy a mis pacientes lo que denomino consejos terapéuticos. Explico los pros y contras de este tipo de tratamientos y es el paciente el que escoge», ha añadido.
El tipo de paciente puede responder a dos perfiles, aquel que es muy urbanita, al que una inmersión en la naturaleza le permitiría escapar de ese entorno tóxico; y aquel que ya es «creyente» y que hace mucha vida en el campo pero no de forma «reflexiva».

Los bosques, los que más beneficios aportan

«Recomiendo paseos, descansar, mirar al horizonte (…), siempre en bosque porque los estudios apuntan a que los bosques con más actividad electromagnética son los que tienen un mayor beneficio sobre las personas», ha subrayado.

En su opinión, esta «cultura oriental» debería generalizarse y habría que ganarse la confianza de los pacientes, para lo que sería muy bueno ampliar los estudios que, a pequeña escala, ya han evidenciado que la naturaleza mejora nuestra salud.

Además, las autoridades deberían facilitar formación en este tipo de terapias, pues ahora, los médicos que las prescriben lo están haciendo a título personal, como pasó en su día con el yoga o las técnicas de relajación, que costó años introducir pese a la multitud de beneficios que reportan a la salud, ha señalado.

El uso de estas técnicas debería empezar, a su juicio, en la Atención Primaria, pues los médicos de familia suelen conocer al paciente en su integridad, saben de su estado físico y emocional, y tienen un plus de confianza para hablar de determinadas cuestiones.

Salir a la terraza y respirar 

«Prescribo naturaleza, sí. Siempre intento averiguar la forma de vida del paciente y desde ahí le propongo algo que vaya a poder cumplir en el corto plazo y rutinariamente, no sólo cuando está de vacaciones», ha dicho a Efe la doctora Valle Fernández, especializada en medicina general e integrativa.

Las opciones van desde simplemente salir a la terraza a respirar, a hacer una inmersión potente en la naturaleza en bosques, montañas o playas, o caminar descalzos por un parque para estar en contacto directo con una superficie que no sea asfalto, ha añadido.

«Prescribir naturaleza forma parte de mi esquema de salud. Lo hablo con todos mis pacientes siempre que se puede, con más énfasis con aquellos con enfermedades crónicas que están desvitalizados y deben tomar de la naturaleza su poder sanador, tranquilizador y reequilibrante».

«Es de vital importancia para la sociedad que los que nos dedicamos a la salud y las autoridades entendamos esto (…). Que en todas las ciudades se ponga al servicio del ciudadano salud vegetal, grandes masas forestales que lejos de ser algo puramente ornamental permitan respirar salud».

Lamentablemente, en España esto es una asignatura pendiente», según Fernández, que ha urgido a recuperar, como sea, la hermandad entre «vegetación y humano» porque con ello «muchas cosas tomarían un tinte más saludable».

Pasar consulta en la naturaleza

El psicólogo clínico Juan Cruz ha dado un paso más y se ha llevado su consulta a la naturaleza, lo que ayuda a tener una relación más cercana a sus pacientes, sin barreras como pudiera ser una mesa, y permite una multiestimulación sensorial, cognitiva y emocional que potencia los resultados de la técnica psicológica que se aplique.

«Pasamos de la palabra a interactuar con el entorno y aprender de él. Por ejemplo, observar como un ave rapaz aprovecha el viento para volar, si estás en una situación de conflicto o crisis, te puede enseñar que si nos dejamos fluir podemos convertir las adversidades en potencialidades solo con abrir nuestras alas».

Estar en un entorno agradable y en el que pasan cosas por sorpresa, activa áreas del cerebro y que se genere serotonina, dopamina y, lo más importante, endorfina, «la hormona de la felicidad», según Cruz, que ha subrayado que, posteriormente, muchos repiten la experiencia con sus familiares y adoptan hábitos para garantizar la sostenibilidad del medio.

El propio Ministerio para la Transición Ecológica publica en su web dos estudios de DKV sobre los beneficios de los baños de bosque y de la prescripción de naturaleza. Este último concluye que hasta ahora se ha subestimado nuestra intrínseca relación con los sistemas naturales.

Por ello, velar por los sistemas naturales debería hacerse tanto para prevenir los daños que un medio ambiente deteriorado produce en nuestra salud como para multiplicar los beneficios que aportan, a lo que añade que habría que incorporar la prescripción de naturaleza como herramienta para «enriquecer» las recetas de los profesionales sanitarios.

Artículo original EFE Verde.